1. Función referencial: Se centra en el contexto e identifica la relación entre
el mensaje y la persona que habla; es decir, se centra en la tercera persona,
la lengua se usa para hablar de algo
o de alguien que no somos ni tú ni yo. Así, la función referencias se hace
presente en casi todos los mensajes y sirve para evaluar si estos son objetivos
o no.
2. Función apelativa o conativa: Se centra en el receptor, en la segunda persona; con
ella se trata de convencer o instar al receptor a responder nuestras
propuestas.
3. Función fática: Se
centra en el canal, optimiza el contacto social para poder introducir
posteriormente mensajes de mayor trascendencia.
4. Función poética:
Se centra en el mensaje y se define como la relación entre el mensaje y su
propia expresión.
5. Función metalingüística: Se centra en el Código, se utiliza para definir
términos o clarificar el significado de algunas palabras dentro del acto
comunicativo, para que el mensaje pueda ser entendido por el receptor.
6. FUNCIÓN EMOTIVA o EXPRESIVA: Se centra en el emisor, en la primera persona, la cual
descubre rasgos de su personalidad y manifiesta su estado de ánimo, deseos,
ideas, su identidad social y sus hábitos.
Ejemplos
Ejemplos de función referencial
- Al transmitir conocimiento comprobable: “2 + 2 es igual a 4”.
- Al rememorar eventos objetivos, como fechas: “Llegué a la Argentina en Agosto de 2014”.
- Cuando informamos de un evento mientras ocurre, o recién ocurrido: “Señora, se le cayó su bufanda”.
- Al constatar el estado de alguna cosa, como al abrir el refrigerador: “Se nos acabaron las papas”.
- Cuando anunciamos alguna serie de eventos propios o ajenos por venir: “Te iré a buscar a la estación de trenes mañana”.
Función expresiva o emotiva
- Un amigo triste nos dice que se siente “como la mierda”, y entendemos su estado interior sin tomar literal la expresión.
- Una expresión adolorida cuando nos caemos, cuyo único fin es transmitirle a los demás que nos duele la caída.
- Al despertar, un “¡Buenos días!” puede ser dicho con entonación alegre, significando que nos parecen efectivamente buenos días. Dicho con una entonación lúgubre, en cambio, se convierte en una ironía pues apunta a todo lo contrario.
- “¡Dichosos los ojos!” podemos decirle a un amigo que hace mucho no veíamos, para hacerle saber que estamos contentos de verlo.
- “¿Por qué a mí?” le pregunta a la vida alguien que atraviesa un momento atroz, pero no se trata de que realmente espere una respuesta: sólo quiere expresar su pesar por lo que le ocurre.
Ejemplos de función apelativa
- Cuando pedimos la hora a un desconocido: “¿Me dice la hora, por favor?”.
- Cuando deseamos pasar y alguien está en el camino: “Permiso” o “¿Me da un permiso?”.
- Una orden directa de un padre a un niño: “¡Cómete toda la comida!”.
- A un mesero en un restaurante: “¡La cuenta, por favor!”.
- Un asaltante a su víctima: “¡Dame todo lo que tienes o disparo!”.
Ejemplos de función metalingüística
- Cuando alguien no habla de un “ellos” y no sabemos a quiénes se refiere, se lo consultamos para entender el uso del pronombre: “¿A quiénes te refieres?”.
- Si desconocemos el significado de una palabra, podemos pedir ayuda al interlocutor para referir el objeto en cuestión: “¿Cómo se llama el aparato ése que trajiste el otro día?”
- Por otro lado, si alguien emplea una palabra que desconocemos, podemos preguntar qué significa: “¿Qué es eso de puerperio, María?
- Cuando estamos en un país extranjero, a menudo nos vemos obligados a explicar algún giro local de la lengua, para que nos entiendan: “En Perú decimos Te va a llover como una forma de amenaza juguetona”.
- Usando el lenguaje podemos explicarlo a alguien que lo desconozca, como si diéramos clases de gramática, por ejemplo: “Yo, tú, él… esos son pronombres, no artículos”.
Ejemplos de función poética
- Los trabalenguas: “erre con erre cigarro / erre con erre barril…”, cuya única función discursiva es el puro gusto de decirlos, ya que suelen ser complicados de pronunciar.
- A menudo empleamos giros lexicalizados o provenientes de la copla popular para expresar más con menos, ya que posee un significado en la lengua y la cultura: “Quien se va de Sevilla, pierde su silla”. El significado referencial de la expresión se ha perdido en el tiempo.
- Cuando recitamos un verso ante una situación específica, sólo por el placer de escuchar su belleza. Por ejemplo, ante el mar: “Necesito el mar porque me enseña: / no sé si aprendo música o conciencia: / no sé si es ola sola o ser profundo / o sólo ronca voz o deslumbrante / suposición de peces y navíos” (versos de Pablo Neruda).
- Cuando usamos un tropo estilístico para dar un énfasis o potencia a lo que deseamos expresar: “Contigo se me fue la primavera”.
- Cuando escribimos o leemos una obra literaria (novela, cuento, obra teatral) de la que no esperamos obtener sino el deleite de su hechura.
Ejemplos de función fática
- Al descolgar un teléfono que está sonando, decimos: “¿Aló?” o “¿Sí?”.
- Cuando nos dicen algo que no hemos entendido: “¿Ah?” o “¿Eh?”.
- Al comunicarnos por un radio de onda corta, debemos marcar el fin de cada intervención con un “cambio” y el final de la conversación con un “cambio y fuera”.
- Durante una conversación, mientras escuchamos, solemos acotar con pequeños sonidos para que el emisor sepa que prestamos atención: “ok”, “mmjm”, “ajá”, etc.
- En ciertas situaciones, como al hablar por un intercomunicador, es usual atender con un “¿hola?” o “¿diga?” enteramente fáticos.
Fuente: http://www.ejemplos.co/30-ejemplos-de-cada-funcion-del-lenguaje/#ixzz4z240txVk
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